En las entradas anteriores definimos qué era la transcreación y algunas de sus características. Una de las que más destaca es el alto componente de creatividad. Por eso, es frecuente encontrar ejemplos de transcreación en la publicidad, el marketing y, en general, en las industrias creativas. Sin embargo, TRANSCREAWEB no se centra en el ámbito publicitario, sino en el sanitario. ¿Cómo es eso posible? Podría parecer, en un primer momento, que en el sector sanitario no hay cabida para la creatividad. No obstante, esto es solo un prejuicio.
En primer lugar, el sector de la salud no solo se limita a la medicina, sino que es un ámbito increíblemente amplio. Esto hace que esté caracterizado por entrar en contacto con usuarios de contextos socioculturales y lingüísticos muy diversos. A día de hoy, gran parte del público que accede a información sanitaria lo hace a través de internet; a través de los sitios web de empresas proveedoras de servicios y productos sanitarios. Para estas empresas, sus sitios web son su carta de presentación para sus potenciales clientes. Por ello, deben adaptar lo máximo posible sus sitios web a nuevos públicos, y es ahí donde entra en juego la transcreación, como medio de adaptación lingüística y cultural.
Pero no solo se transcrea en el caso de las empresas del sector sanitario. También las instituciones sanitarias pueden aplicar procesos de transcreación para eliminar barreras entre usuarios. Por ejemplo, en Estados Unidos se ha popularizado el uso de apps móviles para que los pacientes gestionen sus visitas al médico. Estas apps, desarrolladas en inglés, están siendo sometidas en muchas ocasiones a procesos de transcreación para adaptarla a las características no solo lingüísticas, sino también culturales, de la comunidad latina.
En conclusión, el sector sanitario, a pesar de lo que pueda parecer, es tan proclive para la transcreación como cualquier otro.