En los últimos años, la transcreación ha aparecido como un nuevo perfil profesional en el mercado de los servicios lingüísticos. En la entrada anterior la definimos como “una transferencia de marcas y mensajes de una cultura a otra preservando la identidad de la marca y la intención creativa de la campaña original”. Una de sus características es trabajar con textos multimodales, especialmente textos destinados para la difusión web.
Según esta definición, la transcreación web podría confundirse con la localización web. Sin embargo, no son lo mismo. ¿Cuáles son sus diferencias?
La localización web es, a grandes rasgos, la adaptación de sitios y páginas web para que sean utilizados por un público diferente al original. Mientras que la localización pone el foco en la adaptación, la transcreación lo pone en la creación y reinterpretación. Por ejemplo, un sitio web localizado sería aquel que tiene imágenes diferentes para diferentes públicos porque pueden ser culturalmente inapropiadas, aquel que adapta su sección de noticias a las diferentes regiones geográficas o aquel que tiene una estructura que permite que, al traducir el texto, este sea visualizado correctamente, incluso aunque se trate de una traducción entre lenguas con sistemas de escritura diferentes.
Sin embargo, un sitio web transcreado iría más allá. Se trataría de un sitio web bastante o muy diferente del original, lo que implicaría un diseño, colores, estructura, etc., muy diferentes del sitio original. Muchas multinacionales transcrean sus sitios web. Es decir, crean sitios web diferentes de sus sitios originales para dirigirse a un público y a un mercado meta distinto.
En definitiva, la transcreación está asociada a una idea de creatividad y de “ir más allá”, mientras que la localización está más vinculada con la adaptación.